lunes, 15 de noviembre de 2010

Cambia todo cambia...

Los cambios son necesarios, inevitables, impredecibles...pero cómo me cuesta acostumbrarme a ellos. Me gusta todo en su lugar. El cuarto ordenado siempre de la misma manera, saber dónde está cada cosa...Pero también se que el cambio es bueno, una llega a acostumbrarse.
De todas maneras, cómo me gustaria congelar este momento, en el que estoy con un libro en la mano, acostada en mi cama...cómo me gustaría que no hubiera pasado todo lo que pasó en mi vida y en la de mi gente... Y cómo me sorprendí cuando me di cuenta que los cambios pueden venir en forma de sonrisas, pueden hacer mucho ruido y no dejarte dormir. Cómo me sorprendí con gestos y miradas en esos momentos en que una más los necesita...cómo me sorprendí al darme cuenta que una no quiere sólo a una persona, sino que se puede particionar en miles de millones de pedacitos, y por cada uno de esos pedacitos se te devuelve algo...
Debe ser el misterio de la vida, que nunca llegaremos a comprender, que nos trasciende...
Ahora pensándolo bien, qué lindo sería poder acordarse de cada uno de los minúsculos cambios que han pasado por nuestras vidas, porque eso quiere decir que hemos vivido, que hemos amado, que hemos sufrido, llorado y reído, que hemos sentido algo...


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